Se ha puesto en contacto conmigo un aficionado que adquirió un ficus en un vivero, esta ilusionado pero con tanto temor a este "complicadisimo" arte que ni siquiera le cortó la etiqueta. Tras un tiempo el árbol empezó a decaer y decidió que le echara una mano, así que vamos a ello.
Mi objetivo es que el ficus sobreviva y así su dueño pueda engancharse a esta afición, tratando de quitarle el miedo pues no es nada complicado.
Aquí el árbol, medio pelado lo que ocasionó la preocupación de su dueño
Sin duda el culpable es el malísimo sustrato
Hay ramas muy mal cortadas algunas de ellas hubieran estado en buen sitio pero...
Mi primer paso es cortar bien las ramas y sellar las heridas, podar también algo de ramificación seca o muy mal colocada, el resto lo dejaré ya que no es el momento de grandes trabajos sino devolver el vigor
Un par de alambres si he colocado para aumentar la triangularidad y un ligero cambio de frente para que el dueño se ilusione algo más con el cambio estético
Ahora lo más importante, el trasplante a un sustrato más idóneo, akadama.
Las raíces no estaban muy bien, el sustrato parecía arena de playa
Y este el resultado final, ahora a esperar que se reponga y a devolverlo a su dueño
Parecerá una tontería pero este trabajo me ha puesto a prueba, tengo muy claro que si el árbol fuera mío el trabajo hubiera sido muy diferente pero al ser para otra persona, que no tiene porque entender que un paso atrás son dos para delante, he tenido que ser muy conservador tratando de tocar lo suficiente para que, una vez con hojas, luzca bonito para su propietario.